El PH es un valor de vital importancia a la hora de iniciar el tratamiento. Cuando el agua está
equilibrada el pH es de 7 (a temperatura ambiente)
PH < 7 AGUA ÁCIDA
PH > 7 AGUA BÁSICA O ALCALINA
Los niveles aceptables de PH para el agua de la piscina están entre 7 y 8,2, nivel que
asegura la eficacia de los productos químicos que se utilicen en el tratamiento y que previene la
corrosión de las partes metálicas del equipo depuración. Un exceso o un defecto puede disminuir
la eficacia de la cloración e irritar las mucosas, además de contribuir al enturbiamiento del agua.
El PH se puede medir la forma sencilla mediante unos reactivos basados en el método
colorimétrico.
PH elevado (>8,2)
Produce una disminución del poder desinfectante del cloro
Favorece el crecimiento de algas y bacterias
Produce irritación de mucosas
Precipitación de sales cálcicas
PH bajo (<7,0)
Produce irritación de mucosas
Disminuye el poder desinfectante del cloro
Aumenta la turbidez del agua
Si el pH no se encuentra dentro de los márgenes adecuados deberá ajustarse del siguiente
modo:
PH ALTO : Se añade ácido clorhídrico, o bisulfato sódico a las dosis que recomiende el
fabricante. En caso de no disponer de dosificador, se tendrán en cuenta las siguientes
PRECAUCIONES: no añadirlo nunca directamente al agua; diluirlo previamente en 20 veces su
volumen de agua; evitar el contacto del ácido clorhídrico con hipoclorito sódico ya que se
desprende cloro gas. ESTA OPERACIÓN SE REALIZARA SIEMPRE FUERA DE LAS HORAS
DE BAÑO.
PH BAJO : Se para el proceso de filtración y se añade carbonato sódico (NA2CO3) a las
dosis recomendadas por el fabricante.
También se puede utilizar cualquier otro producto corrector del PH que esté autorizado