Se denomina así a la cantidad de sales de calcio y magnesio que contiene, que al ser poco
solubles en agua tienen tendencia a precipitar y causar incrustaciones en el fondo y en las
paredes de la piscina.
La dureza ideal es de 150 a 250 miligramos/litro de carbonato cálcico. Una dureza superior
hará precipitar las sales cálcicas y bloqueará el filtro.