Los principales agentes contaminantes que nos podemos encontrar en el agua de la piscina son:
A) Bacterias: Son causantes de numerosas enfermedades (rinitis, otitis, conjuntivitis,
piodermitis, forunculosis, gastroenteritis, etc.) dependiendo del tipo de bacteria. Durante el baño
la flora microbiana de las mucosas suele pasar al agua. Aunque esta flora no sea patógena
habitualmente, puede infectar a personas que tengan las defensas disminuidas.
UNA PISCINA EN MALAS CONDICIONES FAVORECE EL CRECIMIENTO DE LAS
BACTERIAS.
B) Virus: Se pueden encontrar en el agua y en las zonas húmedas, produciendo enfermedades
como el papiloma, poliomielitis, hepatitis A, etc. Los virus los transmiten las personas enfermas y
aunque pueden ser eliminados mediante floculación y posterior filtración, son resistentes a las
dosis habituales de cloro por lo que la prevención adquiere mayor importancia: advertir a los
portadores del riesgo que generan, utilizar calzado de uso exclusivo para el recinto, etc.
NO UTILIZAR LA PISCINA EN CASO DE ENFERMEDAD INFECTO-CONTAGIOSA
C) Hongos: Aunque no se desarrollan directamente en el agua de baño constituyen otra fuente
de contaminación a tener en cuenta. Los hongos son causantes del herpes circinado, pie de
atleta, candidiasis, etc. Se suelen desarrollar en zonas húmedas encontrándolos
fundamentalmente en las zonas de playa y vestuarios por lo que se debe extremar la limpieza de
estas zonas al finalizar la jornada con un producto desinfectante.
EXTREMAR LA LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN DE ASEOS Y VESTUARIOS
D) Algas: Las algas son plantas acuáticas, que se nutren del dióxido de carbono y materia
orgánica que existe en el agua. Las condiciones óptimas para su desarrollo son después de una
tormenta, ya que la lluvia aporta nitratos. No debe haber proliferación de algas en el agua de una
piscina con una instalación de tratamiento adecuada, sin embargo, si se observa crecimiento
pueden utilizarse sales de cobre solas o combinadas con cloro.
Otro tipo de contaminación es la de tipo químico producida por una mala manipulación de las
sustancias que se añaden al agua o un funcionamiento defectuoso del sistema de depuración.
Por ello se debe mantener un control constante de la calidad del agua (cloro y pH), anotando los
datos en el Libro de Registro al menos dos veces al día y verificando asimismo el adecuado
funcionamiento de todos los equipos que integran el sistema de depuración.
ES NECESARIO RENOVAR DIARIAMENTE UN 5% DEL VOLUMEN DEL AGUA