Al lograr una mayor oxigenación, se revitalizan los   tejidos, ayudando a retardar el proceso de envejecimiento de la piel.
Beneficios El organismo al ser sometido a calor, acelera sus   funciones metabólicas: aumentando la ventilación, acelerando la  circulación sanguínea y estimulando los sistemas nerviosos y hormonales,  lo   que produce una mejora general de la salud.                         
Al lograr una mayor oxigenación, se revitalizan los tejidos, ayudando a  retardar   el proceso de envejecimiento de la piel.  El vapor produce una dilatación de los poros y una transpiración  abundante que, además de   eliminar toxinas e impurezas, estimula la circulación sanguínea.
Al dilatarse los poros, el vapor logra una limpieza profunda   y duradera que deja la piel lisa y aterciopelada.  El vapor humedece las vías respiratorias, es expectorante en caso de  resfriado, tos y   ronquedad, ayudando a combatir la bronquitis y la sinusitis.
Los pulmones y el sistema bronquial aumentan su capacidad de   intercambio de oxígeno y ventilación general.  Se mejora la limpieza de los genitales femeninos, facilitando la  secreción del flujo   vaginal. Las menstruaciones dolorosas se alivian por la acción del  calor.  Relaja el sistema nervioso, disminuyendo el estrés, y logrando   que se duerma mejor.
Precauciones el baño turco Las altas temperaturas hacen que el ritmo cardiaco se pueda duplicar,   pasando de 70 a 140 pulsaciones por minuto. Por ello, no es recomendado  para ancianos, embarazadas y personas con problemas de salud   (hipertensión, cardiopatías).
Se desaconsejan a quienes padecen trastornos de presión, de venas  varicosas, de dermatitis,   enfermedad bronquial severa, epilepsia, anorexia o cólicos renales.