Lo más importante es disponer un mínimo de media hora para desconectar  del mundo exterior por completo.   Seguidamente puede poner una música suave de fondo que le ayude a  sacudir el estrés.
La temperatura ideal del agua es entre   30/32 grados. Debe perfumar el agua con aceites esenciales, siendo los  mejores los de romero o lavanda por ser especialmente relajantes. Al   tomar un baño, el agua caliente y el vapor abren los poros de la piel,  estando más receptivos a las propiedades terapéuticas y curativas de   hierbas y plantas.
Aceites recomendados Aceite de pino: relajante y muy apropiado para las personas afectadas de    reumatismo.  Aceite de menta: refrescante, estimulante y analgésico.  Aceite de eucalipto: balsámico y estimulante.  Aceite de   romero: relajante, desinfectante y curativo.  Aceite de lavanda: relajante y tonificante. 
Consejos caseros Si no se   disponen de los aceites esenciales necesarios, se puede conseguir un  baño aromático y relajante con productos que se disponen en casa:
mezclar un cuarto de taza de aceite de bebés con unas gotas de perfume  en la bañera llena de agua,  diluir en la bañera una   infusión bien fuerte de manzanilla, menta o valeriana,  diluir en agua caliente una media taza de bicarbonato de sodio,  diluir media   taza de leche en polvo,  echando dos cucharadas de aceite para broncearse en una bañera de agua  caliente,  cuando la bañera se esté   llenando mezclar seis cucharadas de mostaza con un puñado de sal,  un baño de espuma se consigue al colocar una tapa llena de champú bajo   el chorro de la bañera mientras ésta se llena. 
Primer momento de relajación  Los primeros cinco minutos en el agua, no se   debe realizar ninguna acción, dejando la mente en blanco y relajándose.
Después es recomendable realizar un masaje por todo el   cuerpo con un guante de crin, en dirección al corazón.
Después del baño, dar una ducha de agua fría, empezando por los pies.   Esto proporciona un masaje estimulante.
Una vez acabada la ducha, el cuerpo debe mantenerse caliente mediante un  albornoz o   toalla, siendo recomendable echarse en la cama durante cinco minutos. A  continuación, un lento masaje con una crema hidratante ayudará a   recuperar la grasa perdida.
Es importante que el baño nunca exceda los 15 minutos, ya que sino el  agua caliente reseca la   piel.