La palabra balneario proviene del latín: balneae -arum "baños" o  balineae -arum "establecimiento de   baños". Es un lugar dedicado al reposo y la curación utilizando las  propiedades del agua, sobre todo las de carácter termal y mineral.   Normalmente suele contar con un edificio para el hospedaje de los  pacientes. Aunque se basen en el agua, no tiene porque estar cerca del  mar,   estando muchos en la montaña, en el nacimiento de ríos y manantiales. Si  el agua no sale caliente, se suelen usar calderas para   calentarla.
Aparte de piscinas termales, los balnearios cuentan con diversos tipos  de baños (fango, algas...), chorros de   agua... Si el balneario aprovecha las propiedades del agua del mar, al  conjunto de técnicas hidrosaludables se les llama   talasoterapia.
Para aumentar la oferta de actividades los balnearios cuentan con  servicios para el cuidado de la salud:   saunas, jacuzzis, spas, masajes diversos, gimnasio, rayos uva,  tratamientos de belleza... Para relajar y embellecer cuerpo y mente a la    vez.
En algunos casos, para hacer más entretenida la estancia allí se  construyen toboganes, piscinas con olas, lagos   artificiales para remo...
Gran oferta Cada vez hay más usuarios de balnearios, ya que la cultura actual tienen  a gastar más   dinero en ocio y salud. Antiguamente se buscaban prestaciones  terapéuticas, pero ahora las personas que acuden al balneario quieren  también   relajarse y divertirse, yendo la unidad familiar al completo a pasar  allí unas vacaciones sanas y entretenidas.
Si embargo,   mucha gente no conoce las características y beneficios reales de los  balnearios. Los efectos beneficiosos que producen estos centros son   reales, ya que instituciones nacionales como el IMSERSO, financian  estancias en ellos. Pero si se va a tratar una dolencia como un problema    del aparato digestivo o de la piel, se recomienda que la estancia sea al  menos de 2 semanas. Si la duración es menos, apenas se notara mejora,   aunque sirva para relajarse y desconectar de la vida diaria.
Así mismo se debe consultar los precios de varios   establecimientos antes de elegir uno de ellos, ya que estos ofrecen  grandes diferencias. Si la estancia comprende también el hotel, las   tarifas también difieren no yendo acorde en algunos casos con la  calidad. Un fin de semana con pensión completa y tratamiento termal  puede   costar desde 100 a 300€ o más.
De todas maneras, recordar que ir al balneario no implica la estancia en  el hotel, así como   ésta no implica acudir a los tratamientos.