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Resistencia y adaptabilidad del cerdo a la parcela 

Animal para todo terreno. Por su alta resistencia y adaptabilidad, así es definido el cerdo. Infaltable en cualquier parcela, las ventajas de crías porcinas son evidentes: comen sin discriminación, convierten en excelente suelo el sitio donde se manejan y, a la larga, en un destino irrevocable de la cadena trófica, se transforman en una de las mejores y variadas fuentes alimenticias para el hombre. Y aparte de su carne, el chancho proporciona una serie de subproductos, como la manteca y el cuero, muy apreciado en el comercio. La crianza de cerdos en el huerto, además, permite aprovechar las sobras de alimentos y de los productos vegetales que se producen en la parcela.
El cerdo, ante todo, es una especie resistente. Omnívoro por excelencia, medra prácticamente cualquier clase de pienso. Su alimentación completa no consiste en sólo hierba, pero puede hacer de ella una parte fundamental de su dieta. Y eso no es todo: ya sea comiendo vegetales o incrustándolos en el terreno al pisotearlo, tenderá siempre a hacer de la hierba el mejor compost.
Son ventajas apreciables. Pero si usted no persigue propósitos comerciales, que requerirían tiempo, dedicación y una inversión cuantiosa, y sólo quiere criar unos pocos animales, deberá sopesar los inconvenientes que se le van a presentar.
Tendrá que luchar contra las moscas y los malos olores, lo quiera o no, y aun cuando sitúe la chanchera alejada de la casa. Esto significa mantener la pocilga debidamente aseada, limpiándola a diario y eliminando las excretas y residuos de alimentos. Lo que involucra otro problema difícil de solucionar: la contaminación de las acequias, ya que al lavar la chanchera tiene que dejar escurrir el agua.
Si bien el chancho a la larga mejora un suelo al hozarlo y pisotearlo, la verdad es que lo mismo se logrará por otros medios tanto o más efectivos, y también puede destruir uno de buena calidad. Y si el corral no está bien construido -con piso y buenos muros de concreto y fuertes maderos-, se escaparán con frecuencia, provocando daños en los cultivos a que tengan acceso. Por último, la mayor de las desventajas es el riesgo de infecciones por las enfermedades que transmite al hombre, que son altamente peligrosas (ver crónica aparte).
Todos estos problemas justifican las rigurosas medidas sanitarias que exige aplicar el Servicio de Salud del Ambiente, las cuales, naturalmente, deben ser cumplidas.
Si va a criar cerdos en la parcela, deberá estar dispuesto a enfrentar tales inconvenientes.

La alimentación del cerdo

Todo lo que una parcela pueda producir en sus tierras servirá de alimentación para el cerdo. Papas, zanahorias, remolacha forrajera, nabos o harinas de cebada y maíz son los cultivos más idóneos para la alimentación del ganado porcino. Para complementar, en tanto, resultan ideales la leche descremada y el suero.
El suplemento proteico no debe estar ausente. La harina de carne o de pescado, o las mismas carnes cocidas, sirven para este propósito. Los suplementos vitamínicos, en tanto, no serán estrictamente necesarios si se les da a los chanchos verduras frescas, los subproductos de la leche y las sobras de comida, siempre que disponga de ellos en buena cantidad. Cuando se crían libremente en grandes extensiones de tierra -un detalle que hay que considerar-, sin duda casi la mitad de su sustento lo sacarán de esos mismos terrenos, sobre todo si éstos son de papas o alcachofas.
Por supuesto que hay excepciones. Por ejemplo, para las marranas que estén lactando o se encuentren en su última fase de preñez, la proteína animal es absolutamente imprescindible, por cuanto es la única fuente de vitamina B12. Si se están criando al ras de la hierba y tienen acceso a desperdicios u hortalizas sobrantes, necesitarán aproximadamente un medio kilo de harina de cebada o maíz cada día, pero un mínimo de dos kilos cuando están recién paridas. En caso de vivir encerradas en sus corrales, las cantidades deben doblarse. Pero no hay necesidad de complicarse; en todos los locales especializados venden alimentos preparados.
A las tres semanas de vida, los cochinillos ya pueden recibir su propia ración suplementaria de alimento, cuidando que la madre no tenga acceso a los mismos, pues de lo contrario será ella quien los consuma.
Los cerdos de "engorda" pueden recibir todo cuanto puedan comer, hasta pesar aproximadamente 45 kilos; es decir, cuando hayan llegado a su etapa de "semidesarrollados". Después de este peso es mejor limitar sus raciones, para evitar que engorden demasiado. Un buen consejo: limite las cantidades a lo que su cerdo sea capaz de consumir en quince minutos. Si tarda más en comer, se le dará menos al día siguiente, y si, en cambio, devora todo en cinco minutos, significa que deberá aumentar la ración y dársela dos veces al día.

La crianza del cerdo

¿Cómo iniciar la crianza de chanchos? Lo más aconsejable es comprarlos destetados, de ocho a doce semanas de vida. Si pretende una reproducción, deberá, por supuesto, contar con ejemplares de ambos sexos.
El cuántas hembras por macho es otro asunto. Si se tienen más de seis cerdas es recomendable poseer también un ejemplar masculino. Si no llega a ese número, puede llevar a sus crías hembras para el apareamiento al verraco de algún vecino, si es eso posible. El período de celo, en que la cerda necesita del verraco, se presenta a intervalos de 21 días. De todas maneras, no es bueno aparear un macho a una hembra que aún no ha cumplido un año de vida.
La preñez de una cerda dura 116 días y, salvo en ese período, puede vivir en condiciones muy duras. Pero al parir, lo mejor es disponer para ella una pocilga bastante amplia, para facilitar sus desplazamientos.
Una útil solución de camada es la de un "paridero con barandilla" -ver dibujo-, que evita que la madre aplaste a sus pequeños con su tremendo peso. Pero, fuera de eso, no son necesarias más intervenciones. Se ha comprobado que una cerda se las arregla siempre para hacer su cama si no la tiene. Lo único que desea, en realidad, es dar a luz con tranquilidad. Si no se le deja cumplir con esa necesidad, se corre un grave riesgo: las porcinas que aplastan o devoran a sus crías lo hacen porque reaccionaron a un sistema artificial.
Como hemos dicho, debe mantenerse estrictamente la higiene en el corral y su entorno, enfrentar el problema de la contaminación, cuidar la salud de los animales con asesoría de un veterinario y proporcionarles una buena alimentación. Si todo queda felizmente resuelto, entonces podrá disfrutar de las ventajas de la crianza del cerdo en el huerto