En los inicios de la ciencia milenaria que es el Feng Shui el baño era un espacio que no  estaba integrado en el hogar, sino que más bien  estaba totalmente alejado de él. Hoy sin embargo es posible seguir una  serie de consejos que nos orienten de una manera general sobre cómo  incorporar sus principios fundamentales a este lugar tan importante como  cotidiano.
De todas maneras, si te lo puedes permitir lo ideal sería encargar un  estudio a una persona especializada en estas técnicas. Para empezar es  imprescindible que nuestros baños estén limpios y ordenados para  fomentar esa sensación de armonía, y que la puerta permanezca siempre  cerrada. En este sentido no olvides tener siempre bajada la tapadera del  inodoro.
Aunque en el caso de muchas de nuestras casas puede ser difícil -por  no decir imposible- hay que evitar que el baño esté próximo a la cocina o  a la puerta de entrada. Como los elementos agua, metal y tierra ya  están presentes, debemos representar la madera y el fuego ayudándonos de  algunas esencias,incieso, una bonita planta  verde y sobre todo una correcta iluminación, mucho mejor si puede ser  natural.
La armonía de los distintos colores también debe ser tenida en cuenta  para aplicar correctamente los principios del Feng Shui en nuestro  cuarto de baño. No abuses de los distintos elementos ornamentales, ya  que es preferible una agradable sensación de espacio a un lugar  sobrecargado que al final puede incitar a malos hábitos y discusiones en  el hogar.
