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El pulgón es una plaga muy común en las plantas en cuanto llega el calor. Puede ser de varios colores: negro, verde rojo y amarillo.
Se propaga muy deprisa ya que las hembras son vivíparas y una vez fecundadas se reproducen varia veces sin nueva fecundación. Los hijos nacen ya fecundados y se reproducen de este modo varias generaciones.
Hay pulgones sin alas ( ápteros) y con alas. Segregan un jugo azucarado que hace que las hormigas acudan para chupar este líquido. Durante el buen tiempo forman colonias en torno a las yemas
terminales o debajo de las hojas tiernas. Debilitan la planta pues le quitan parte de su alimento.
Lo ideal para combatirlo son las " mariquitas de S. Antón" que es un insecto carnívoro que lo devora igual en estado de larva como de adulto.
Es muy importante mantener a raya a las hormigas, pues viven asociadas a los pulgones como si fuera un rebaño. Lo mejor es prevenirlos con tratamientos quincenales a partir de la primavera con un buen insecticida especifico contra el pulgón.
Los insecticidas sistémicos son más efectivos ya que entran a formar parte de la savia de la planta y envenenan al animal cuando lo consume.