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El cultivo de vegetales  

Cosechar rabanitos en el jardín, puede ser una tarea muy entretenida para los niños.
Una de las ventajas de producir hortalizas de raíz comestible, es la posibilidad de cosecharlas escalonadamente, lo que permite disponer de sabores tan delicados como el de los rábanos y rabanitos durante varios meses del año.
Particularmente en invierno, cuando hay pocos vegetales para ensaladas crudas, esta hortaliza es una fuente importante de Hierro y vitamina C y, por lo tanto, un buen complemento para nuestras comidas. Además ofrece variedad para llevarlos a la mesa, ya que existen blancos y y rojos de mayor y menor tamaño, este último si de rábanos o rabanitos se trata.
Siembre los rojos en las esquinas libres de la chacra o en las jardineras de la ventana. Los blancos, acondiciónelos conformando el cinco por ciento de una mezcla de semillas que incluya zanahorias, betarragas y otras hortalizas de raíz. Así obtendrá mejores cosechas, porque con su ayuda la superficie de cultivo se mantiene blanda y se aprovecha mejor el agua. Su presencia permite circular el aire y la humedad y no obstaculiza a otras plantas que intentan abrirse paso hacia arriba o a los lados.
Utilice pequeñas cantidades de semillas cada quince días, para que tenga rabanitos frescos cada vez que lo desee.

Planta rústica

El nombre científico de este vegetal es Raphanus sativus L, pertenece a la familia crucíferas, y a su raíz comestible se le atribuyen propiedades depurativas de la sangre. Se presume que es originario de China, y se conoce su uso desde tiempos muy antiguos, junto con el de la cebolla y el nabo.
En b que al rábano se refiere, es de clima fresco, y debido a que es resistente a las heladas, se cultiva preferentemente como hortaliza de invierno. El rabanito, en cambio, se siembra todo el año pero se produce mejor en épocas frescas porque el calor deteriora su calidad, tomando su textura suelta, fibrosa y de sabor muy fuerte.
Se trata de una planta rústica que se da en toda clase de suelos, aunque responde mejor en los de consistencia media para variedades de verano y suelta para las de otoño, invierno y primavera; tolera poca acidez, pero es menos exigente en nitrógeno y potasio que otras raíces.
De ser necesaria la fertilización, emplee estiércol en el cultivo anterior o hágalo con mayor anticipación. Si usa salitre, aplíquelo de una sola vez, al voleo, cuando las raíces hayan alcanzado un tercio de su desarrollo.

La siembra de los rabanitos en el jardín

La siembra combinada que incluye rabanitos, mantiene blanda la superficie de cultivo; mejora el aprovechamiento del agua y la aireación del suelo.
La siembra se hace en forma directa, al voleo o en líneas. Germina con rapidez y en un excelente porcentaje, que alcanza cerca del noventa por ciento. Cada gramo contiene unas ochenta semillas de rabanito, y un poco menos, si se trata de rábano.
Este último se siembra en platabandas, abriendo pequeños surcos de 30 a 40 centímetros de distancia, distribuyendo semilla a surco lleno y cubriéndola con dos centímetros de tierra. Si lo hace al voleo, coloque poca semilla, de manera que quede distribuida como mínimo a 5 0 6 centímetros en todo sentido, para ralear posteriormente dejando cada mata a 10 0 15 centímetros.
Según el uso o el sabor que buscamos, será la variedad a sembrar y el momento oportuno para la cosecha.
Con el rabanito se procede en forma parecida, con la diferencia de que los surcos se trazan a menor distancia, a 10 ó 15 centímetros, y no se practica raleo. Las sucesivas recolecciones, en que se entresacan las raíces aptas para el consumo, cumplen esta función.
Como el rabanito tiene poco volumen y corto período vegetativo, su siembra al voleo se hace como si se tratara de un almácigo algo ralo. La semilla se cubre con una labor de rastrillo o de rastra liviana.
En cuanto a la época, puede sembrar rabanitos todo el año, escalonadamente, colocándolos intercalados con otras hortalizas en las épocas más calurosas. De este modo, aprovechan la semisombra ofrecida por otras plantas, y su raíz adquiere mejor calidad. Tanto el apio como la espinaca se prestan para este efecto.
En todo caso, en la zona central es mejor sembrarlos de febrero a abril, para obtenerlos en invierno y primavera, cuando su textura y sabor resultan óptimos.
Las siembras de verano necesitan riego frecuente para mantener el ambiente fresco y húmedo, con el fin de preservar su calidad. Las escardas con cultivadora manual o azadón son más necesarias en el rábano, por ser de crecimiento más lento, mientras que el rabanito no requiere más que una limpia o desmalezadura.

Variedades de rabanitos

Las variedades de estas hortalizas están determinadas por el tamaño de las raíces, y se agrupan en rábanos y rabanitos.
De las primeras, con mayores dimensiones, hay ovaladas, esféricas y achatadas; de piel blanca, negra, roja y grisácea; de otoño, de invierno, de primavera y verano. Entre las de otoño e invierno, que son las más cultivadas, se encuentran de sabor suave y picante.
Los tipos pequeños se conocen en el mercado como "rabanito francés", y sus variedades más destacadas son las siguientes:
  • Tipo redondo. Existen numerosas variedades de color rosado con punta blanca, muy solicitadas por los consumidores. Sparkleres un excelente representante de este tipo. El Cherry belle y el Flevo tienen raíces de un hermoso color cereza intenso, que cubre toda la superficie y mantienen su sabor y su textura por mucho más tiempo que las otras variedades.
  • Tipo alargado. El French breakfast, cuyas raíces alcanzan 5 a 6 centímetros de longitud, tiene la parte superior color escarlata y el tercio inferior blanco. En ellos la calidad se malogra rápidamente, volviéndose de consistencia suelta y sabor fuerte. El Lanquette es similar al anterior.