La mítica higuera
La presencia de este árbol desde tiempos muy remotos, trae consigo  muchas historias de aparecidos, tema nocturno recurrente de los niños en  las casas solariegas. Su tronco y su hermoso follaje, de hasta 10  metros de altura, le dan un aspecto imponente, que representa un hito en  cualquier jardín. 
La especie -Ficus carica, familia Morácea-,  con excepción del dátil, la parra vinífera y el olivo, es el frutal más  íntimamente relacionado con la primera civilización de Asia Oriental y  con la cultura desarrollada alrededor del Mediterráneo. Siete siglos  antes de Cristo fue llevada a Grecia y posteriormente a Italia, pasando  después hacia los romanos y luego a España y Portugal. Su llegada a  América se produjo en 1520. 
 En la actualidad, los principales  productores de higos son Turquía, Grecia, Italia, España y Portugal.  También se cultiva con muy buenos resultados en nuestro país, desde la  primera a la décima región, área en que sus requerimientos  semitropicales se adaptan perfectamente.   
Desarrolla flores de ambos  sexos por separado, además de otras estériles, pequeñas y contenidas  todas en el interior de un siconio o falso fruto, dotado de un agujero  denominado "ojo". Las femeninas están provistas de cinco pétalos  y un solo carpelo, mientras que las masculinas están formadas por tres  pétalos y tres estambres. Las estériles se reducen a escamas. 
Los  frutos, brevas e higos, muy dulces y particularmente nutritivos, se  desarrollan de los ovarios de las flores femeninas en las ramillas de  primavera, solitarios o en pares, y en las axilas de las hojas a fines  del verano.
El higo y la breva
En algunas variedades  solamente se presentan flores que maduran en la misma temporada, pero en  otras la producción de inflorescencia es continua, de manera que en el  mismo brote se encuentran higos de diferentes tamaños. En este caso, la  higuera es sorprendida por los fríos del otoño, cuando, después de haber  sido cosechados los higos, quedan algunos aún muy pequeños. Estos no  caen, sino que pasado el invierno, y si el frío no es intenso, continúan  creciendo al empezar la primavera, para madurar al principio del verano  y dar origen a la breva. Esto explica que aun cuando los frutos se  forman en las ramillas de primavera, se encuentran brevas en las ramas  del año anterior.
Variedades de higueras
La mayor parte  de los higos se forman por partenocarpia; es decir, sin concurso  directo de las flores masculinas; pero existen variedades a las que,  para madurar, les es imprescindible la polinización. En base a esta  diferencia, las variedades se clasifican en tres grupos: 
- Cabra-higo. No son comerciales, pero necesarias para la polinización del grupo Esmirna y San Pedro. Desarrollan tres producciones en el año.
 - Esmirna y San Pedro. Son las más importantes, cultivadas en los principales países productores, por su alta calidad. En el año presenta dos cosechas, la de la breva partenocárpica y de poca importancia y la normal o de higos -que es la más valiosa- polinizada por la avispita Blastophaga.
 - Higo común. Presenta dos cosechas en el año, de brevas y de higos. Ambos frutos, partenocárpicos, son muy apreciados.
 
- La polinización del higo es el resultado de una compleja relación simbiótica entre la planta y el himenóptero Blastophaga psenes. La variedad comestible que requiere polinización es Calimyrna, y el donante de polen es el llamado cabra-higo, en la asociación que se denomina "caprificación".
 
La avispa ovoposita en los ovarios de  pistilos cortos de las flores del cabra-higo, causando agallas. Las  nuevas avispitas, al ser fertilizadas, salen en busca de otro higo para  ovopositar, cubriéndose de polen al salir. Al penetrar por el ojo de los  siconios del Calimyrna en busca de ovarios donde colocar sus huevos,  poliniza los estigmas de las flores femeninas y el fruto se desarrolla.
Requerimientos para el cultivo de higos
El  cultivo de esta especie se encuentra más limitado por las bajas  temperaturas del invierno que por el calor del verano, ya que sus  requerimientos de frío son escasos, de 100 a 400 horas solamente. Su  producción es posible desde el nivel del mar hasta una altura de 3.000  metros o más, siempre que exista la temperatura adecuada. 
Es  bastante resistente a la sequía, aunque no tanto como el olivo, y pierde  sus hojas en invierno por un período corto, especialmente en climas  calurosos, donde no cesa de estar activa. Las plantas jóvenes son muy  sensibles a las heladas, mientras que las adultas resisten bien los  fríos nocturnos e invernales, siempre que no sean inferiores a 5 grados  C. El calor y la sequedad sólo afectan el desarrollo de la Blasfophaga y  a su participación en la polinización. 
Los higos de climas  secos son especialmente usados para el deshidratado, en tanto que los de  climas húmedos son aptos para enlatado. 
Los frutos son más  sabrosos en suelos secos, aunque la higuera vegeta bien en cualquier  tipo de suelo, excepto en los muy arcillosos y los calcáreos, cuyo pH se  debe a la presencia de los álcalis negros de carbonato de sodio. Tiene,  más bien, preferencia por los más arenosos, pedregosos, cálidos y  especialmente profundos.
Cosecha de la higuera
La  higuera produce frutos por más de cien años, iniciando su fructificación  entre los 4 a 6 años. En el país se han registrado cosechas de hasta  100 kilos de brevas y 40 kilos de higos por árbol, en plantaciones  comerciales. 
La recolección de brevas se inicia 
en la  segunda quincena de noviembre o principios de diciembre. Para cosechar  conviene que utilice guantes, ya que con ellos evitará irritaciones en  la piel, causadas por el látex que emana del pecíolo. 
 Evite  posibles golpes al fruto y deposítelos en canastos o bandejas bajas,  previamente acolchados con sus propias hojas. Gran parte de la  producción comercial, debido a su delicada manipulación, es dedicada al  desecado; pero como la producción de su huerto es más pequeña, usted y  su familia podrán disfrutar de las sabrosas y fragantes brevas e higos  frescos, destinando a la guarda el excedente sobremadurado en el árbol.