La aplicación del agua provoca múltiples reacciones en el   cuerpo humano, dependiendo siempre de la forma de aplicación, del tipo  de agua, y del propio paciente
La aplicación del agua provoca   múltiples reacciones en el cuerpo humano, dependiendo siempre de la  forma de aplicación, del tipo de agua, y del propio paciente. A   continuación se explican las reacciones más comunes.                         
A nivel del sistema respiratorio: Las aplicaciones repentinas ya sean   frías o calientes producen una profunda inspiración. Las de larga  duración de agua caliente producen respiraciones profundas pero   superficiales. Las frías en cambio hacen que se respire profundo y  rápidamente.
Sistema nervioso: Las aplicaciones de agua   fría actúan sobre el sistema nervioso simpático, y las calientes sobre  el parasimpático. Si el agua está muy caliente actúa sobre los   dos.
A nivel vascular: Temperatura de 18º C: primero el paciente palidece, sufre una  piloerección (carne de gallina), y   tiene una sensación general de frío que le puede producir dolor.  Posteriormente, sufrirá hiperemia (enrojecimiento cutáneo), y sensación  de   calor y bienestar.  Temperatura de 36-38º C: al ser la temperatura igual a la del cuerpo  humano la sensación será de calor, hiperemia y   bienestar general.  Temperatura mayor de 39º C: en el primer momento la piel palidece, la  carne está de gallina y se tiene una sensación de   presión y dolor. Después se enrojece la piel, aumenta la sensación de  calor disminuyendo hasta una agradable sensación de bienestar.  A   nivel sistema cardio-circulatorio: El agua fría ralentiza la actividad cardiaca, la frecuencia y aumenta la  presión arterial, produciendo   una vasoconstricción. El agua caliente produce el efecto contrario,  aumentando la frecuencia cardiaca y disminuyendo la presión arterial por    la vasodilatación. Según el tipo de aplicación los baños completos  aumentan la presión venosa, incrementando el aporte sanguíneo.
A nivel hematológico: Las actividades que usen agua fría incrementarán los glóbulos rojos, la  viscosidad y la concentración de la   sangre. Las de agua caliente bajan el nivel de leucocitos y de  hemoglobina.
Sistema músculo-esquelético: Los baños de agua   caliente de larga duración producen hipotonía muscular y disminución de  la excitabilidad muscular relajando la musculatura. El agua fría   produce hipertonía muscular, aumentando la excitabilidad de los nervios  mejorando la capacidad de trabajo muscular.
Nivel   orgánico: Las aplicaciones de agua caliente estimulan la motilidad intestinal y la  función estomacal, incrementando la secreción biliar,   mejorando la función renal y, con ello, aumenta la diuresis. Las  aplicaciones de agua fría disminuyen la motilidad intestinal y del  tracto   digestivo, pero estimulan la secreción biliar como las calientes. En  baños de pies, de asiento y de medio cuerpo de corta duración se  estimula   el vaciado de la vejiga.
Las aplicaciones frías, ya sea a nivel interno o externo, son buenas si  se padece de intestino   perezoso, atonía o flacidez del útero con fuertes hemorragias, atonía  vascular...Las aplicaciones externas de calor relajan las fibras   musculares, disminuyendo los cólicos y el estreñimiento.
De manera general y según el tipo de aplicación, la hidroterapia, con   aplicaciones frías o muy calientes de corta duración, produce una acción  estimulante y refrescante. Los baños templados producen en efecto   sedante y favorecedor del sueño. En cambio los baños muy calientes de  larga duración provocan intranquilidad e insomnio, sobre todo si se   aplican por la noche.
Debido a los efectos producidos por las técnicas basadas en  hidroterapia, los tratamientos deben ser   indicados y supervisados por personal médico.