Las piscinas deportivas como recreativas deben ser tratadas de formas muy particulares, en especial cuando nos referimos a los sistemas de filtración, depuración y a los químicos que empleamos para eliminar las bacterias y demás microorganismos. Es clave contar con un buen sistema de filtrado, y cuando decimos “un buen sistema de filtrado” hablamos de filtros y bombas que correspondan a los caudales con los que nos manejamos en nuestro natatorio, es decir, que el equipo pueda administrar el caudal de agua completo en un tiempo deducido de una relación variable pero que corresponde a los metros cúbicos de la olla de profundidad construida y la cantidad de individuos que utilizan la instalación a diario.
Los filtros deportivos están destinados tanto a este tipo de natatorios como a los domésticos de gran envergadura, se calcula que para que los mismos funcionen adecuadamente deben instalarse a una distancia de 15 metros del estanque, de lo contrario nos veríamos con problemas de mantenimiento y de deficiente depuración.