Los filtros deportivos poseen ciertas características compartidas con los filtros comunes, la diferencia radica en el volumen total de agua a tratar; las tareas básicas de estos artefactos son, entre otras: retrolavado, filtrado, enjuague, desagotamiento y recirculación. Como mencionamos previamente, las dimensiones del filtro dependerán de la totalidad de líquido que albergue el natatorio y del tiempo previsto a recircular esta cantidad; aunque no existen parámetros de tiempo pre-establecidos, se recomienda que los tiempos de recirculación se fijen entre 6 y 8 horas. Las bombas no deben trabajar forzadas bajo ninguna circunstancia, es muy común observar filtros inadecuados en natatorios de grandes dimensiones, esto suele ocurrir por ignorancia, si no somos entendidos en el tema debemos buscar asesoramiento con profesionales que nos indiquen qué tipo de filtro deportivo necesitamos. Cuando instalemos el correcto, podremos notar que la bomba no deberá funcionar constantemente lo que significará un gran ahorro económico en consumo de energía alargando la vida útil del artefacto.
La clave en una piscina es saber comprar sus componentes, éstos no sólo deben ser los adecuados sino que necesariamente deben representar ahorros de energía, de lo contrario mantener una pileta sería casi imposible. La filtración es sólo un simple trabajo que debe realizarse para mantener el agua limpia y saludable, al mismo se lo debe acompañar con un tratamiento químico a base de alguicidas y cloro para conseguir el fin buscado. Es algo muy común pensar que podemos adquirir una máquina que realice todo el trabajo, hasta el punto que confundimos “filtro” con “depuradora”; esta última es la conjunción de los tratamientos químicos y físicos que debemos realizar para mantener el agua sana.