Qué buscar cuando compramos una maceta
Uno de los puntos principales que debemos tener en cuenta al momento de la adquisición de una maceta es el tipo de planta que allí mantendremos. Resulta innecesario decir que el tamaño de la planta determinará el tamaño de la maceta, sin embargo, muchas veces no contamos con la información necesaria de la planta que allí colocaremos, razón por la cual deberemos informarnos al respecto dado que puede crecer más de lo que creemos, así como crecer menos de lo que esperábamos.
A su vez, también hay plantas que se mantienen de mejor forma con las raíces más juntas que otras, por lo que aún siendo una planta grande, una maceta chica puede ser lo más práctico y funcional al crecimiento y la salud de la planta.
Igualmente, siempre entran en juego los gustos personales y estéticos, por lo que el material, así como las formas de las macetas serán elegidos según nuestros gustos. Adelante iremos señalando los diferentes materiales con que se elaboran habitualmente las macetas. Materiales de macetas
Las macetas a base de barro son quizás las más comunes. De todas maneras, son muy pesadas y frágiles, al tiempo que, en climas cálidos se secan rápidamente. Esto puede volver a las macetas de barro ideales para plantas suculentas (por ejemplo el cactus).
Por otro lado encontramos a las macetas de plástico o macetas de resina, las cuales son bastante livianas y resistentes a factores externos. A su vez, también tienen la ventaja de ser macetas económicas. Estas macetas no son porosas, siendo buenas para aquellas plantas que requieren de sustratos regularmente húmedos.
En cuánto a las macetas de terracota se puede decir que son las más agradables en el plano estético. Este es un material agradable y cálido, sin embargo, no es un material muy resistente.
Para finalizar encontramos los macetones de hormigón o piedra, así como las jardineras de madera. En el caso de la madera también es un material muy bueno en el plano decorativo, pero deberá ser cuidado con conservantes e impermeabilizantes, si no se deteriora. Los macetones de hormigón o piedra, en cambio, son los más resistentes y durables, buenos para entornos rústicos.
