Cada vez hay más personas que optan por ubicar en el centro de su cuarto de baño o en un espacio especial de su jardín una
bañera de hidromasaje o un spa.
En general se trata de pequeñas piscinas o minipiscinas,
moldeadas en una sola pieza de acrílico y con refuerzos estructurales para una mayor rigidez estructural. Los materiales sintéticos que se usan en su confección son el metracrilato, el poliéster o las resinas sintéticas. Acostumbran a tener, además, un sistema de desborde para cuando el agua llega al nivel ideal de llenado.
A la hora de elegir un hidromasaje hay que tener claro qué elementos adicionales se desea tener en la minipiscina:
hay accesorios productores de agua, de aire y mixtos, y estos jets de potencia pueden ir de media docena a veinte o treinta. Cada grupo de jets pueden estar diseñados para generar uno o diversos efectos, con funcionamientos independientes o simultáneos.
En general estos jets de potencia bombean el aire de forma que dirigen los chorros con la finalidad de envolver el cuerpo de los usuarios, aumentando la eficacia del masaje haciéndolo integral, uniforme, suave y relajador.
La parte fundamental del equipo la constituye una o varias electrobombas centrifugas impulsoras de alta presión, con una potencia de alto rendimiento tipo monobloc.
- Más opciones por una relajación máxima
Otras opciones adicionales de un hidromasaje pueden ser el
encendido automático o, el hecho de ser
más o menos silencioso, cosa que, como en el caso de los aires acondicionados, no deja de ser importante. Entre las novedades está también la
iluminación del agua, mediante halógenos o con otros sistemas, y acompañando a diversos tipos de efectos. Todo ello para favorecer tratamientos de cromoterapia, que
ayuda a la relajación
