Las ofertas en el Botánico de Buenos Aires
El jardín Botánico de la ciudad de buenos Aires, capital de la República Argentina, cuenta ya con más de cien años de vida. Fue creado a fines del siglo XIX, con objetivos claros de relajación, disfrute y educación. Este Parque Botánico bonaerense, espacio verde ajardinado y cuidadamente diseñado, está ubicado en las cercanías del barrio de Palermo en la Avenida Santa Fe.
Carlos Thays, hombre que, siendo el creador de este espacio botánico, también le da nombre a este parque, pues son nombre oficial es Jardín Botánico Carlos Thays. El predio cuenta con más de siete hectáreas de extensión, donde se cultivan, mantienen y conservan, cerca de ocho mil especies de todas partes del mundo. Con zonas específicamente destinadas a la flora típica de la región, el Botánico Carlos Thays de Buenos Aires también ofrece sectores exclusivos a especies y ejemplares de otras regiones del planeta. Las medidas necesarias para llevar a cabo dicha tarea, radica en la funcionalidad de los invernaderos, construcciones acondicionadas y aclimatadas propiciamente para el mantenimiento de especies que crecen en otros climas y a otras temperaturas.
Los atractivos del Jardín Botánico de Buenos Aires
Desde un principio, y con influencias de otras partes del mundo, el Jardín Botánico de Buenos Aires no se centró únicamente en la oferta, para nada menor, de las especies y ejemplares, de los colores y los aromas, del cuidado y el mantenimiento de la naturaleza; sino, también se enfocó en el carácter estético del lugar.
En el botánico bonaerense se pueden disfrutar de diferentes estilos de jardinería y de paisajismo. La arquitectura tiene un papel preponderante en este jardín, con formas que van desde estilos simétricos y mixtos, a estilos de jardinería pintorescos. El estilo de jardín italiano, jardín oriental y jardín francés, está representado en el botánico de Buenos Aires.
A su vez, también hay una importante presencia de esculturas, las cuales le dan otro toque al ambiente general del jardín, las cuales se vislumbran a los lados de los paseos determinados, surgiendo desde el centro de la naturaleza del lugar, como habitantes silenciosos del jardín. Sin dudas, un sitio único. 
