Las hormigas, los zancudos, las benéficas abejas, ciertas arañas y otros insectos en el jardín menos conocidos por el citadino común pueden provocarnos problemas y transformar la alegría de una placentera tarde de verano en el campo en una molesta o angustiosa experiencia. Es por ello necesario tomar las medidas pertinentes para evitar que los insectos invadan nuestro espacio -porque, después de todo, no será posible erradicarlos absolutamente de lo que es su hábitat natural- y, si se da el caso, tratar de reconocer, primero, el tipo de picadura que sufrió alguna persona, identificando al insecto que la produjo y, luego, saber actuar frente a su ataque.
Resulta especialmente importante este último punto de vista si consideramos que en la parcela estamos alejados de los centros asistenciales y que, por lo general, las picaduras de insectos representan más una molestia que una situación grave. De todos modos, existen las excepciones, y en esos casos, con mayor razón, deberemos actuar en la forma más apropiada posible.
Arañas peligrosas
Las picaduras de insectos se reconocen fácilmente por los signos exteriores que se presentan en el lugar afectado, como son el enrojecimiento, la consiguiente hinchazón y el fuerte dolor que experimenta la víctima. En algunos casos se observan síntomas como escalofríos, náuseas o vómitos.
El profesional Julio Valdés Padilla, a cargo del Programa Nacional del Control de Vectores del Ministerio de Salud, explica que "todas las arañas son peligrosas, ya que poseen el veneno de que las ha dotado la naturaleza para capturar a sus víctimas". Sin embargo, aclara que en nuestro país hay sólo dos especies peligrosas:
- La "araña del trigo" o "poto colorado", que se encuentra generalmente en el campo, ya sea en plantaciones de trigo o alfalfa entre las regiones Primera a Decima. Esta situación hace difícil el control de la especie.
- La “araña de los rincones", que igualmente habita desde la Primera a la Décima región y que permanece en entretechos y bodegas y, en los hogares rústicos, detrás de cuadros y adornos.
No obstante su peligrosidad, este arácnido puede ser combatido con éxito con los más básicos y simples "insecticidas" que se conocen: la escoba y el plumero.
Para el médico Antonio Troncoso Regotti, profesional de los hospitales Barros Luco y de Carabineros, lo esencial en estos casos es actuar con rapidez. Según expresa el facultativo, la araña de los rincones produce una lesión local en la zona de la mordedura, caracterizada por una manchita color violáceo y rodeada de un halo rojizo. La toxina del arácnido puede producir un estado alérgico generalizado, provocando en algunas personas una insuficiencia renal aguda. Con respecto a la araña del trigo, su mordedura produce una reacción generalizada, sensación de fiebre, decaimiento y algo de rubicundez facial (cara rojiza). También estimula una anormal erección del pene en los varones, en forma sostenida (priapismo). De ahí el dicho...
Abejas, avispas y hormigas
Especies muy comunes en el campo, cuya picadura y mordedura pueden producir trastornos alérgicos que obligan a un control médico, son las avispas y las abejas.
Cuando la abeja pica es necesario extraer el aguijón, que en su extremo tiene la forma de la punta de una flecha, por lo cual queda adherida al cuerpo de la víctima. Se recomienda poner amoníaco o bicarbonato en la picadura e intentar sacar la lanceta con unas pinzas finas, cogiéndola por la parte más próxima a la piel, para evitar exprimir la bolsa de veneno y causar mayor daño. Para aliviar los efectos de la lesión y reducir la hinchazón se aconseja cubrir la zona afectada con paños húmedos y fríos.
La picadura de la abeja es menos severa que la que causa la avispa conocida como "chaqueta amarilla", que pica y muerde, es carnívora o omnívora, es decir, se alimenta de todo. La lanceta de esta avispa tiene la forma de un estilete, pudiéndola introducir varias veces en su víctima. En este caso hay que aplicar compresas de bicarbonato
Las inocentes y ocupadas hormigas también pueden jugarnos una mala pasada. No son raros los casos en que alguien recibe la reacción de la ira de estos pequeños y disciplinados insectos al sentarse sobre ellos o aplastarlos con el brazo, la mano o la pierna. Para su picadura se aconseja aplicar compresas de vinagre o jugo de limón y, como siempre que ocurra esta emergencia, hay que poner en reposo la parte afectada e impedir que el paciente se rasque.
¿Cuándo estas situaciones revisten real gravedad? Hay que tener cuidado si la picadura fue en el interior de la boca (una abeja, una avispa o una pequeña arañita podría estar posada en un trozo de sandía al momento de comerla, por ejemplo), ya que la hinchazón podría obstruir la garganta, dificultando la respiración; lo que precisa asistencia médica inmediata. Mientras se espera ayuda especializada, al paciente se le debe mantener en reposo, dándole agua fría o hielo para chupar.
También habrá que recurrir a un médico si se presentan síntomas como el desvanecimiento.
Zancudos y moscas
Otros insectos dañinos y muy molestos son la mosca común y los zancudos. Frente al primer caso, el experto del Ministerio de Salud nos recuerda: "El problema que plantea este insecto es la transmisión de enfermedades, por poseer un cuerpo muy velludo; al posarse en un lugar en busca de alimento quedan adheridas pequeñísimas partículas a sus pilosidades, las que transporta a otras fuentes alimenticias del hombre". La mosca no pica, pero su acción es por cierto bastante más perjudicial, ya que transmite agentes infecciosos en la superficie del cuerpo, por sus materias fecales, su vómito y la caída accidental sobre los alimentos.
El problema se agrava debido a que la mosca se alimenta de desechos orgánicos, de estiércol, heces humanas y otras materias en descomposición, como también de alimentos de consumo humano. Aunque nos resulte bastante asqueroso mencionarlo, es necesario saber que con su trompa explora los elementos orgánicos que serán su alimento, regurgitando su contenido digestivo y depositando sus fecas sobre ellos. Pensemos en que la mosca cumple un ciclo biológico completo (de huevo a larva, pupa y adulta) entre 7 y 10 días, que vive de 2 a 4 semanas y que durante su vida pone, de una sola vez, de 500 a 2.000 huevos, originándose dos a tres generaciones por mes, e imaginemos el daño que produce.
En nuestra parcela lo más recomendable es la prevención, impidiendo su desarrollo y reproducción. Para ello será necesario mantener un alto nivel de higiene en la cocina y el comedor, disponer los desperdicios y basura en tarros tapados o echarlos en el lugar donde preparamos tierra de hojas, cubriéndolos de inmediato, y mantener nuestros alimentos debidamente protegidos. Si no los encuentra, la mosca termina por retirarse.
Debemos insistir en que es indispensable acostumbrarse a las ventanas y puertas protegidas con malla, que impedirá la entrada de las moscas y otros insectos -como los zancudos-, para vivir tranquilos en la parcela.
La temible vinchuca
Julio Valdés explica que "en Chile el insecto más peligroso es la vinchuca, que se extiende de Arica a San Fernando y trasmite la enfermedad de Chagas". Este mal, provocado por el Tripanosoma cruz puede producir problemas cardíacos, que van desde una simple arritmia a un paro, o problemas en el sistema digestivo, como la obstrucción del intestino, llegándose a la intervención quirúrgica para superarlo. Sus síntomas son fiebre, malestar, dolor de cabeza y a veces hinchazón de los párpados superior e inferior de un ojo. Si el parásito se localiza en el corazón, produce fallos cardíacos.
Con seguridad, en la casa de la parcela no existirá esta amenaza, pero bien puede permanecer latente en el hogar del cuidador o en alguna vieja bodega. El hábitat de la vinchuca son las grietas en los muros, siendo ésta la razón por la cual las construcciones de adobe hacen más propicio el desarrollo del insecto; también se ubica en los huecos de los viejos empapelados murales, en las junturas de los muebles, etcétera. Se alimenta de sangre, de animales y del hombre
La más importante medida preventiva radica en la buena ventilación y limpieza de la vivienda, especialmente de los adomos y cuadros y de la ropa que permanece en armarios, baúles y closets, y en cubrir todas las grietas de la vivienda sospechosa.
Igual que a nosotros, quizás a usted se le puso la carne de gallina con este artículo. Pero no nos angustiemos, que a los insectos podemos mantenerlos a raya con gran facilidad. Los expertos recomiendan, para vernos libres de este tipo de amenazas, edificios y maquinarias a prueba de insectos. Todos los espacios de las construcciones, las bodegas donde guardamos las máquinas y herramientas, gallineros, caniles y establos, deben ser accesibles a la inspección periódica, al control y a la limpieza. Y tenemos que almacenar cuidadosamente los alimentos y eliminar los desperdicios, para no crear las condiciones para el desarrollo y multiplicación de los insectos.
