Volviendo al uso de los filtradores, es preciso destacar que éstos, además de requerir de los productos floculantes adecuados para poder cumplir su función correctamente, deben estar acompañados también por una depuradora eficiente. La depuradora, que debe ser manejada con cuidado y respetando las recomendaciones del fabricante (pues puede sufrir desperfectos irreparables si se la hace trabajar más de lo debido), tiene como misión la filtración del agua de la piscina en un tiempo máximo de 4 horas, ya que de esta forma se podrá asegurar la correcta eliminación de las partículas en suspensión, sobre las cuales luego actuará el producto floculante y, por último, el filtro. En relación a las depuradoras, es muy importante aconsejar que los desagües de la piscina sean de gran paso, para evitar de esta forma que alguien (especialmente un niño pequeño) quede atrapado por la succión de la depuradora.
Además del cloro y los productos floculantes, es posible encontrar en el mercado otros productos que nos ayudarán a mantener el agua de la piscina en buenas condiciones. Entre ellos, podemos destacar a los alguicidas o bactericidas, que son empleados para eliminar de la piscina aquellos microorganismos (algas, bacterias y hongos) que el cloro y el filtro no pueden eliminar. Así como los productos floculantes, los alguicidas tampoco modifican el pH del agua de la piscina, por lo que no es necesario volver a analizar los niveles de cloro y pH luego de aplicar este tipo de productos. Hay otros productos químicos utilizados para alejar a los insectos o incluso para otorgarle al agua de la piscina un color más azulado. Lo importante es prestar atención a las especificaciones de los fabricantes y utilizarlos del modo en que se indica.
