Características de la menta
Desde el comienzo debemos destacar los atributos más reconocidos de la planta de la menta. El carácter de planta aromática de la menta, la ha convertido en un elemento de uso habitual para la elaboración de cosméticos, esencias y aderezos alimenticios. El intenso aroma de sus hojas es la razón principal de lo dicho.
La variedad más conocida y popular de la menta es la menta negra, la cual es el resultado de la cruza entre la hierba buena y la menta de agua, por la tanto, la menta negra es un híbrido, también denominado como menta piperita.
Esta planta aromática se caracteriza por su capacidad de adaptación a diferentes climas y condiciones naturales, por lo que es posible realizar un cultivo en gran parte del planeta. Es de la familia de las plantas herbáceas, y, si bien no produce frutos, ofrece unas hermosas flores, las cuales se ven acentuadas por la diversa gama de colores que adoptan sus hojas y sus tallos.
Cultivo de la menta
Como decíamos en los párrafos anteriores, la menta se adapta con facilidad a diferentes climas, así como a diferentes tipos de suelo. Si bien determinadas condiciones le resultan más favorables, es una planta que se puede cultivar y puede crecer sin problemas.
Si bien resiste de buena manera las heladas, su cultivo debe ser realizado fuera de esta época. Su cultivo, comienza con el denominado riego de inundación, además de ser fortalecido el terreno donde se plantará con estiércol.
La primavera y el verano son las épocas mejores para cultivar la menta. Sin embargo, si se va a cultivar en una zona de mucha altura, aconsejamos hacerlo en épocas de lluvia. Exige de un riego abundante y constante, de cuatro veces por semana, además de se cuidada frente a las hierbas malas, las cuales deben ser quitadas.
