Otra opción para revestir la piscina la constituye la  fibra  de vidrio, que es bastante más duradera que la pintura,  pero también es cierto  que es mucho más cara (llega a costar incluso  cuatro veces más). Su duración  suele rondar los 10 años, por lo que  resulta una alternativa muy interesante. 
Los revestimientos  vítreos  son otra de las variantes que podemos encontrar en el mercado, a  buen  precio y con un rendimiento en muchos casos superior a las  pinturas. Si  tuviéramos que destacar una venta de los revestimientos  vítreos, probablemente  sería lo sencillo de su colocación y su  posterior limpieza. Aunque, por el otro  lado, es preciso que, cada 3 o 4  años, volvamos a sellar las piezas que se vean  más desgastadas.