La madera para piscinas se ha puesto de moda en la  década de los 90’ y se ha profundizado de manera considerable en el  milenio del 2000, pero a razón de verdad, ya a fines de los años  70’  y principios de los 80’, se podían observar en algunos natatorios  conglomerados con finísimas capas externas de madera auténtica. Y aunque  la madera siempre se ha catalogado como un material de decoración  “indoor” debido a su calidez en ambientes interiores, la tecnología en  revestimientos encontró un lugar para ella en los jardines de nuestras  viviendas; con la aparición de los materiales sintéticos, la madera  quedó relegada a los ambientes expresamente rústicos, todo lo contrario  de lo que sucede en los Estados Unidos y Europa Central. Es así como la madera empieza a explorar el campo de las piscinas y  empiezan a construirse los decks en donde se las ubica y finalmente los  natatorios cuya estructura se encuentra realizada enteramente en madera.