Un jardin nunca sería lo mismo sin césped. Sin embargo, al igual que ocurre con el resto de flores y plantas existe una gran diversidad de especies diferentes, que se distinguen unas de otras por cualidades como el grosor, la intensidad del color o la resistencia tanto a las condiciones ambientales (temperatura, horas de sol) como a las actividades que realicemos diariamente sobre él.
Uno de los tipos más populares es el gramillón cultivado, aunque requiere de bastantes cuidados ya que hay que regarlo frecuentemente. Es ideal para climas templados y lugares donde no se de un exceso ni de sol ni de sombra, y sobre todo donde no haya mucho tránsito de personas ya que su regeneración es bastante lenta en caso de deterioro.
La grama brasilera es un tipo de césped grueso y resistente, que también debe regarse con frecuencia. Es bastante parecido en realidad a la bermuda cultivada, con la diferencia que esta última tiene una tonalidad más oscura. A pesar de todo, en invierno debido a la bajada de las temperaturas pierde su característico color.
Por último, otros tipos de césped que pueden venirle bien a nuestro jardin son la dichondra, que posee la particularidad de crecer en lugares un tanto inhóspitos por sus condiciones de luz y humedad, o el rye grass, que tiene un color verde muy característico capaz de mantenerse en óptimas condiciones durante todo el año. Si tienes dudas al respecto te recomendamos el asesoramiento de un jardinero, que conocerá sin duda el tipo de césped que más le conviene a tu jardín.