Características del Jazmín
El Jazmín es una planta que se la conoce, habitualmente, como de las plantas aromáticas. Sin embargo, esta no es una categoría exacta, pues, las aromáticas, nos son una especie en si, sino que pertenecen a diferentes familias y grupos de plantas.
El Jazmín es un arbusto, planta trepadora, con la característica de ser aromática. Si bien no es la definición exacta del Jazmín, es la mejor manera de reconocer sus características. Su carácter de planta trepadora, implica que crece a costas de otras, utilizándolas como guías.
Dejando de lado los datos técnicos sobre el Jazmín, debemos decir que es una planta con flores hermosas, acentuada, claramente, por el atractivo aroma que desprende. Es una planta ideal para decorar cualquier jardín, ya sea un jardín de interior, como un jardín exterior.
Los mejores cuidados para el Jazmín
Está claro que el riego es una acción indispensable para toda planta. El Jazmín debe ser rociado constantemente, sin embargo, no deben ser regadas sus flores, pues esto significaría el deterioro de las mismas. Y, como sabemos, las flores del Jazmín son el atractivo principal para plantarlas y cultivarlas en nuestro jardín.
En relación directa al cultivo, es conveniente ubicar la base del jazmín en un sitio donde predomine la sombra. Le frescura de la tierra ayuda a las raíces de la planta, acentuando su crecimiento. Los suelos fértiles, además de frescos, son los ideales para plantar el Jazmín.
Siendo una planta típica de climas tropicales, el cultivo en regiones de climas distintos implicaría un mayor cuidado en relación a las bajas temperaturas y a los vientos fuertes. Volviendo al riego, la constancia de este estará determinada por su ubicación, es decir: si el Jazmín está ubicado en el jardín, un riego semanal bastará para; si el Jazmín está en una maceta, recomendamos hacerlo entre tres o cuatro veces por semana. De esta manera, la planta crecerá con salud.