Esta aplicación del agua es similar a las duchas, con la diferencia de que la salida del agua se efectúa por un único orificio.
Esta aplicación del agua es similar a las duchas, con la diferencia de que la salida del agua se efectúa por un único orificio. Producen una estabilización de la temperatura corporal debido a el efecto que ejercen sobre capilares, venas y vasos linfáticos. Según el lugar donde se dirijan ejercen influencia sobre una u otra parte del cuerpo. Por ejemplo, los chorros de brazos, pechos y espalda actúan sobre órganos respiratorios y cardiovasculares, los dirigidos a la rodilla y muslo actúan sobre la vejiga y las hemorroides, junto a los órganos del vientre y la pelvis. Los chorros faciales mejoran enfermedades crónicas de vías respiratorias superiores, así como en los senos frontales y maxilares, y los de nuca y lumbares actúan sobre la tensión muscular de la columna vertebral.
A continuación se explican los tipos de chorros: Chorros sin presión: como el nombre indica el agua cae sin presión sobre el cuerpo. Se aplica desde las extremidades hacia el centro. El agua puede ser de fría, caliente o alterna.
La duración de la sesión depende de cada persona: si se empieza a tener calor y principio de hipertermia se finaliza. Estos chorros alivian el dolor y las contracturas musculares.
Chorros de presión: la presión del agua es elevada, y debe dirigirse a la espalda del paciente, estando éste a una distancia de 3 o 4metros. Cada sesión dura de 3 a 5 minutos, aplicándose el chorro de forma circular, en zig -zag o en eses, con un movimiento determinado por la zona que queremos tratar.
Esta técnica estimula la circulación y disminuye las contracturas. Chorro subacuático: la diferencia de este chorro con los anteriores es que se realiza bajo el agua. El paciente se introduce en una piscina o sólo la zona a tratar, y el chorro se le aplica a una distancia de 20 centímetros. El masaje se produce por las turbulencias generadas por el agua del chorro, por lo que es recomendable evitar zonas delicadas u óseas. Dependiendo de la presión que se quiera ejercer se elige un difusor determinado. La temperatura del agua varía entre 36-39ºC. Esta unión de temperatura y masaje, consigue un efecto relajante.
Este chorro activa la circulación, relaja la musculatura y produce una sensación de calma.