Uno de los principales errores es  tentarse  fácilmente por un presupuesto extremadamente económico; por lo  general  cuando un presupuesto presenta una diferencia económica tan  grande respecto a  los otros, es porque se está escatimando en  materiales (lo cual puede terminar  siendo realmente peligroso) o no es  fiel con la realidad. Fiarse de un  presupuesto de este estilo puede  derivar en una piscina mal construida, que  correrá  el riesgo de averiarse eventualmente (puede que tarde algún tiempo,   pero finalmente ese día llegará y el dinero ahorrado no habrá valido la  pena en  absoluto) y eso es algo muy difícil de reparar una vez que ha  ocurrido; las  piscinas que han sufrido roturas o  resquebrajaduras en la estructura nunca  podrán recuperar la resistencia  que deberían tener.
En definitiva, quienes se dedican a la  construcción  de piscinas pueden brindarnos su experiencia y sus  consejos para lograr una  experiencia más placentera, pero seremos  nosotros los que finalmente podremos  sacar una evaluación de las  circunstancias y actuar acorde a ellas (y esto es  válido tanto  para el proceso de elección previo a la construcción, como para el   momento en que se está disfrutando de la piscina terminada)
 
 
 
 
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