Características fundamentales del jardín Zen
La variedad de formas, estilos y diseños que se pueden  encontrar de  diferentes jardines es muy extensa. Dentro del estilo de Jardín   Japonés, uno de los estilos que encontramos es el del Jardín Zen. El  Jardín  Zen, se relaciona con los diseños y formas habituales del Jardín  Japonés seco. 
 Generalmente, este tipo de jardín consiste en un  espacio  no muy hondo con arena, sobre el cual se presentan tanto la  grava como la roca,  en forma más frecuente, mientras que el musgo o la  hierba lo hacen en menor  medida. Existen otros elementos que pueden  componer la superficie de un jardín  japonés, pero los habituales son  los dichos. 
 Es muy común, y haciéndose eco de la antigüedad y  las  costumbres de otras épocas, que los jardines Zen carguen sobre si  con un fuerte  peso simbólico. En el Japón en general, los jardines no  eran espacios  destinados al esparcimiento o al recreo, sino que eran  lugares provechosos para  la meditación, la paz y la tranquilidad.
El diseño de un Jardín Zen
   Habitualmente los jardines Zen cuentan con dimensiones no  muy  amplias. Con regularidad son espacios reducidos. La arena representa el   agua, y las formas o la disposición de los demás elementos que se  pueden  presentar en el jardín, lo hacen en relación al agua. 
  Los objetivos del Jardín Zen, se caracterizan  habitualmente por la  generación de paz y tranquilidad, mediante atmósferas y  ámbitos, que  induzcan a la serenidad y la calma. 
 La conformación y los  elementos del jardín, como decíamos,  tienen un significado. Son  diferentes las interpretaciones a las que se  llegaron, sin embargo, la  respuesta más habitual radica en la representación  del mar, agregando  que es de esta manera como se alcanza la tranquilidad y la  serenidad en  estos jardines. 
